Una nueva mirada en la mediación pedagógica al encuentro con el sentido del aprendizaje en los procesos educativos

Universidad Nacional: Una nueva mirada en la mediación pedagógica al 102 “el proceso de aprendizaje ocurre en un ambiente ameno, plácido y motivador, ya que; […] el conocimiento sólo emerge en su dimensión vitalizadora cuando tiene algún tipo de vinculación con el placer”. Por su parte, Gallegos (1999), manifiesta que: “amar la vida es amar el aprendizaje [...]. No se puede amar el aprendizaje si no se ama la vida”. En otras palabras, la o el mediador holístico incentiva el aprendizaje como promotor de vida, y debe asegurarse que promociona la curiosidad por el conocimiento; por eso, este no se debe ver como algo necesario para aprobar y sobresalir, sino por la necesidad de investigar, de descubrir y de explorar. Para concluir, es importante saber que lo necesario, primordial e indispensable es el hecho de que enseñar en un ambiente cálido, así como, enseñar al alumnado a amar el aprendizaje, y, hacer que los y las estudiantes, puedan convertirse en seres interesados por aprender se convierte en un agente multiplicador de saberes. Como agentes de cambio, la sociedad actual, tiene la necesidad de abrir posibilidades que conduzcan a mejores formas de enseñanza y de vida. La nueva educación, propuesta por la nueva Política Educativa del Ministerio de Educación Pública, quiere que los y las aprendientes adquieran nuevos valores, nuevos conocimientos, para que tengan experiencias cognitivas, con el afán de lograr construir su propia realidad, y, con ello, hacerles frente a todas las vicisitudes que puedan enfrentar en el transcurso de su vida. Actualmente, se puede decir que el ser humano está inmerso en un mundo en donde su realidad se transforma diariamente. Esto, exige nuevas modalidades y concepciones que emergen de una educación más flexible, con la cual, se puedan satisfacer las necesidades de los aprendientes, para enfrentar los retos del siglo XXI. La labor educativa ha exigido una transformación profunda y trascendental, a lo largo de la historia de la educación; y ahora, más que nunca, se proponen nuevos retos para el docente, quien debe ser consciente de las nuevas habilidades que implica su rol como tal. Su función primordial es la de educar a sus alumnos/ as, y su gestión, debe estar centrada en el desafío que conlleva, transmitir un cúmulo de conocimientos a cada uno de los aprendientes. El perfil del docente permite, lograr la transformación que los tiempos actuales y la sociedad moderna demandan; pero, también exigen, un alto compromiso al profesional y a la comunidad educativa. Además, se plantea, una opción de vida y una jerarquía de valores enfocada en la parte humana de cada ser, así mismo, la construcción de una sociedad más justa, colaboradora y con igualdad de oportunidades para todos y todas, con una opción por la paz, el respeto a la vida y a la diversidad y una opción por la superación diaria y constante. Se considera que la labor de todo educador/a es multifacética, y por supuesto, compleja, sin embargo, lo que se debe resaltar, en virtud de las necesidades del mundo de hoy, es su papel de mediador entre el conocimiento y los procesos de aprendizaje de las y los estudiantes.

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