Una nueva mirada en la mediación pedagógica al encuentro con el sentido del aprendizaje en los procesos educativos

Universidad Nacional: Una nueva mirada en la mediación pedagógica al 226 Abstract The following paper is about ecoformation as an educational orientation for human formation. It is organized in four parts, the first corresponds to the “personal and planet context.” Starting with this context responds, in a coherent way, to the ecoformative postulates that speak of becoming aware of itself and its surroundings. The second part corresponds to conceptualizations about pedagogy, education and ecoformation. The third part talks about the implications of ecoformation, which includes the explanation of its greatest challenge (learning to inhabit the Earth) and therefore some pedagogical strategies for human formation are described. The fourth and last part corresponds to a final consideration, about the personal commitment required ecoformation. Keywords: ecoformation, pedagogy, transdisciplinary, education. 1. Primera parte: el contexto personal y planetario 1.1. Mi infancia escolar Ingresé a la escuela primaria pública en 1964. Mi escuela, de reciente creación en aquel momento, tenía como misión la innovación, bajo un modelo de “Escuela Nueva”. Era un centro educativo pequeño, que en su totalidad si acaso alcanzaba una población de 150 estudiantes. Las maestras, relativamente jóvenes todas, habían sido seleccionadas de entre el personal de otras escuelas vecinas. Formadas en la Escuela Normal, su fortaleza didáctica era notable, sin embargo, desconozco si su inspiración educativa emanaba de Rousseau, Pestalozzi, Froebel o John Dewey, o más bien de las enseñanzas del maestro Omar Dengo. El aula se organizaba en grupos de pupitres dispersos, los cuales se movían según fuera necesario, además se tenía acceso a un librero, a materiales, a un hermoso terrario y a una gran zona con pileta para lavar cosas y hacer experimentos. El salón de clase tenía un camino que llevaba a un campo de juegos, a una huerta, a un apiario y a un bosque. En el primer pabellón de la escuela estaba el salón de arte, era el sitio mágico donde el cuerpo-mente eran uno, la intención era sentir. Todo ello coincide con la idea de una escuela innovadora, pero desconozco, si todavía lo es. Con frecuencia, la maestra se quitaba los zapatos, para jugar bola con nosotros en alguno de los patios o corredores. Curiosamente, no recuerdo la experiencia de hacer exámenes, pero si la hora del cuento, los viernes a las nueve de la mañana, era el momento añorado con que cerraba la semana escolar. Los 150 alumnos nos sentábamos en un amplio corredor a escuchar las historias que, en forma alternada, alguna de las maestras nos narraba. Esa sensación de hundirme entre las nubes, tocar el arcoíris, correr de prisa porque viene el dragón son sensaciones que, en mi vida, posteriormente, parecían perderse. Aquella época, fue lo más cercano, entre lo sensible y lo exigente, lo intuitivo y lo racional, lo contractivo y lo expansivo. Indudablemente, en nuestra infancia, el disfrute de la vida escolar puede confundirse con el disfrute de la vida misma. Pero, ¿Qué puede ofrecer la vida escolar que no pueda ofrecer la vida misma?, ¿Cómo es que hoy en día se llegó a una institucionalización educativa que se desvincula de la vida?

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